6.15.2008

14-06-08


Identificación de una mujer (Identificazione di una donna)
Italia-Francia / 1982 / 128 min.
Escrita por: Gérard Brach & Michelangelo Antonioni
Dirigida por: Michelangelo Antonioni


Minutos antes de que se abriesen las puertas de la sala, una fila de gente, edades, acentos y looks, aguardaba en silencio. El ansia general se sentía en el aire y, con esfuerzo, podía tocarse. Me pregunté si todos los que estábamos ahí éramos fans de Michelangelo Antonioni (1912-2007), si lo hacíamos por cultura general o por mantener en pie un personaje culto y de paladar refinado. Pensar demasiado puede meterte en problemas. En este caso, por ejemplo, mis cavilaciones estaban muy pero muy de más. Qué importa. A quién le importa. Si un grupo de personas que podrían estar haciendo cualquier otra cosa, se da el tiempo para llegar al cine temprano, con la esperanza de un momento inolvidable o un recuerdo insuperable, no estamos tan mal.

La copia, venida de Venezuela, suena como un disco de vinilo y está rayada, pero se deja ver y además le da un toque retro a toda la proyección. Como si ver la película fuera parte de una película coral en la que todos somos personajes secundarios y el film, protagonista. Me emocioné desde la secuencia de créditos. Ver Antonioni en pantalla grande es un lujo y un placer. Letras blancas sobre el piso de un edificio de apartamentos, se iban sucediendo sobre música más setentas que ochentas. De pronto apareció el nombre del director de fotografía, Carlo Di Palma (1925-2004), un tipo al que conozco bien y aprecio harto por haber acompañado a Woody Allen en más de diez películas. Acabados los créditos, la cámara, que muestra el tapete donde se cepillan las suelas de los zapatos, levanta su mirada y entra Niccolo, el personaje principal, un cineasta separado de su mujer en busca de su nueva película, en busca, realmente, de un link entre la vida que tenía junto a su esposa y la soledad que tiene ahora y, también, un puente que le permita continuar. Niccolo piensa que si puede hacer otra película, podrá seguir existiendo. No sabe de qué irá exactamente su próximo film, pero siente, intuye, que girará alrededor de una mujer o que tendrá una esencia femenina. Queda claro que Antonioni quiso explicar desde un principio el recorrido del tour.

En una pared de su estudio, Niccolo pega rostros de mujeres que recorta de revistas, periódicos y todo tipo de material impreso. Cree que un rostro le ayudará a definir el resto de la estructura. Por algún lado hay que empezar y ya que caras vemos, corazones no sabemos, qué mejor que rastrear un perfil que se preste para las fantasías necesarias. Temprano, Niccolo conoce a una mujer con la que empieza una relación complicada, cercada por la oscuridad y generosamente apasionada. Este es la línea donde debo decir que las escenas de sexo de esta película están construidas con algo que no puede ser sino conocimiento de causa y de oficio. Los planos son perfectos, los cortes (el mismo Antonioni hizo el montaje) son perfectos, los tiempos son perfectos y las proporciones de luz son también perfectas.

Pero como nadie es perfecto, y menos perfectos deben ser si se atreven a existir como personajes dentro de una cinta, las cosas entre Niccolo y su nueva amante se complican, se enredan, se contaminan y terminan sin dejar caer el misterio. La búsqueda continúa. Niccolo se engancha con una actriz que trata de ayudarlo a develar el misterio y está embarazada de otro hombre. El misterio es él, Niccolo, y somos tú y yo y todos los que conocemos, incluido Michelangelo Antonioni. La identificación de esta mujer es el pretexto para identificarnos a nosotros, explicarnos, justificarnos y, con suerte, enderezarnos. Niccolo tendrá que tomar decisiones para salir de ese limbo emocional en el que se encuentra, donde vive de lo inmediato, escapando de los planes. El problema es que si ya estás en este mundo, es mejor que tengas un plan.

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Antonioni, tramando algo, como siempre.


PS: me comentan los organizadores del Eurocine que la inauguración en Guayaquil fue un éxito. No podría estar más feliz al respecto. Desde acá, aplaudo y celebro a todo ese personal cinéfilo guayaco. Espero que la reacción sea similar o mayor en Loja y Cuenca.



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