3.28.2009

JC


En la revista SoHo (Ecuador) que anda circulando actualmente aparece un texto mío dedicado a Jackie Chan. Por cuestiones de espacio y concepto, no se pudo publicar la versión entera. Acá va el writer's cut, fully loaded version. Enjoy.


Elogio a Jackie Chan

Por Juan Fernando Andrade

Jackie Chan es un arma mortal disfrazada de Teletubbie. A simple vista es inofensivo: mide 1,74 mts. de altura (curiosamente, a Chuck Norris le sucede lo mismo), todos los peinados que ha lucido en sus casi cincuenta y cinco abriles (nació el 7 de abril de 1954) parecen haber sido ejecutados por su mamita, que obviamente no es peluquera, y lo más importante, eso que lo hace tan letal como un avión que sobrevolando las islas Canarias estalla en llamas sin explicación alguna, anda por el mundo exhibiendo una soberana, redundante y contundente cara de pendejo.

Supongamos que usted está en un bar, bebiendo, pasándola bien, ganando puntos con la elegida o cagándose de risa con sus amigotes. Entonces, un chinito-patucho-de-mierda pasa a su lado, tropieza y le riega una jarra de cerveza entera en todo el cuerpo mojándolo hasta las medias. Ahora bien, esto es de suma importancia: USTED NO SABE QUE SE TRATA DE JACKIE CHAN NI SABE QUIÉN ES JACKIE CHAN. El chinito, que genuinamente se muere de la vergüenza, lo mira con cara de retrasado mental, en su rostro una sonrisa que sólo puede perseguir caridad, misericordia y piedad. ¿Qué haría usted? A) Lo toma por los pelos y golpea su cara con la mesa hasta romperle la frente, B) Lo empuja hasta la calle, lo ata al guardafangos trasero de su auto usando un alambre de púas y lo arrastra de vuelta a Hong Kong C) Le escupe en la cara, le da una patada en las bolas y luego lo sostiene para que todos los que están en el bar le orinen encima, D) Todas las anteriores. ¿Qué haría usted? La verdad es que da lo mismo, porque si ese chinito-patucho-de-mierda que lo empapó de cerveza es Jackie Chan, y usted intenta partirle su mandarina en gajos, usted está muerto.

Charles y Lee-Lee Chan trabajaban en la embajada francesa en Hong Kong cuando nació su único vástago. Charles era cocinero y Lee-Lee se desempeñaba como ama de llaves. Los Chan eran una pareja joven y pobre, tanto, que tuvieron que pedirle dinero prestado a sus amigos para saldar la cuenta del hospital y poder llevarse a su hijo a casa. Cuenta la leyenda que, al verlos sin un centavo encima y desesperados, el doctor que atendió el parto les ofreció una cantidad de dinero nada despreciable a cambio del fruto de sus entrañas. Imposible saber si aquello sucedió o si Charles y Lee-Lee, aunque sea por unos pocos segundos, consideraron la oferta. Lo cierto es que Jackie Chan se llamó alguna vez Kwong Sang y vivió con sus padres hasta los siete años, cuando Charles consiguió un trabajo como jefe de cocina en la embajada estadounidense en Australia, y Lee-Lee se fue con él. Pero ojo al piojo, no es este uno de esos casos en que los irresponsables y desalmados padres abandonan a la criatura a su suerte. Charles, acaso pensando que la vida de su hijo sería tan dura como la suya, le enseñó, desde muy pequeño, las ancestrales artes marciales de China y, antes de partir hacia Oceanía, inscribió a su hijo en la Ópera de Pekín, famosa por haber nacido como un espectáculo estrictamente reservado para emperadores y reyes. Jackie Chan pasó toda una década estudiando danza, música, interpretación teatral y Kung Fu.


El 20 de julio de 1973, cerca de las dos de la tarde, Bruce Lee le dijo a su amiga, la actriz Betti Ting Pei, que le dolía la cabeza, que le dolía mucho, que el dolor era insoportable. Su amiga le dio un analgésico. Lee se echó en la cama, se durmió, y entró en coma. Betti Ting Pei llamó a emergencias. Tal vez los últimos minutos de Bruce Lee transcurrieron en una ambulancia que atravesó Hong Kong con la sirena a todo volumen, porque cuando entró a la sala de emergencias del hospital, ya estaba muerto. Veinte mil fanáticos llegaron hasta las pompas fúnebres del distrito de Kowloon para despedirse del héroe nacional. Uno de esos era Jackie Chan, quien había participado, en papeles secundarios, en varias películas protagonizadas por Bruce Lee. Productores asiáticos y norteamericanos empezaron a buscar de inmediato un reemplazo. Se reunieron con el joven Chan para contarle que su nuevo nombre artístico sería Sing Lung (convertirse en Dragón). Pero Chan de pendejo sólo tiene la cara, nada más. Nadie, nunca, podrá reemplazar a Bruce Lee, sería como si tras la muerte de John Lennon, en 1980, los Beatles hubiesen decidido reunirse y hacer audiciones para cantante. Chan lo sabía y fue precisamente en ese momento que tuvo la visión y pudo contemplar su futuro como si estuviese parado sobre el: haría comedias de acción, una mezcla entre Charles Chaplin y John Wayne.


El primer éxito en la pantalla grande protagonizado por Jackie Chan fue Jui Kuen (a.k.a. Drunken Master / El Maestro Borracho), estrenada en 1978. Chan hacía el papel principal: Wong Fei-Hung, un joven indisciplinando que no sigue las reglas, medio rebelde sin causa, debe aprender a dominar el Kung Fu de puños para practicarlo en estado etílico e impedir un asesinato. La creencia de los Maestros Borrachos es que estando ebrio uno no sólo es inmune al dolor que causan los golpes sino que también goza de una fuerza sobrenatural. Jackie Chan se tomará sus tragos aquí y allá, pero definitivamente no es un alcohólico. Para que las secuencias fuesen creíbles, el director Woo-ping Yuen le pidió al equipo de maquillaje que pintara de rojo el rostro de Chan, después de todo, se supone que siempre está ebrio. Así lo hicieron, pero no funcionó. Debido a las exigencias físicas de las escenas de combate, el maquillaje se deshacía en el sudor del actor y se chorreaba terminando en gruesas gotas rojas que manchaban su vestuario. Había que encontrar una alternativa y Chan dio con ella enseguida. Antes de cada toma, pasaba unos minutos parado de cabeza, de esta forma, cuando volvía a erguirse apoyándose en sus pies, su rostro estaba colorado y él estaba mareado de verdad. El efecto funcionó a la perfección. Si nunca han visto Jui Kuen no pierdan el tiempo en estas páginas banales y vayan, como dicen los españoles, a por ella.

Jui Kuen convirtió a Jackie Chan en una estrella asiática, de esas que detienen el tránsito vehicular y aparecen en vallas publicitarias anunciando bebidas gaseosas o detergentes mágicos. El siguiente paso era exportar su talento al otro lado del mundo y ser aceptado en Hollywood. Chan llegó a Los Ángeles en calidad de estudiante de intercambio (de hecho, cuando habla en inglés, se parece mucho a Fez, el estudiante de intercambio interpretado por Wilmer Valderrama en That ‘70s Show), todo lo que se esperaba de él era que repartiera patadas y puñetes por doquier al escuchar ¡acción!, como si de un animal entrenado en un circo se tratase. Chan apareció en un par de películas de medio pelo que no hicieron el menor ruido y tuvo que volver a su querida China con una mano adelante y otra atrás. Pasarían más de diez años hasta que Jackie Chan recibiera una segunda oportunidad de La Industria. En 1995 se estrenó Hung fan au, mejor conocida como Rumble in the Bronx, y aquello fue como el estallido de las turbinas que impulsan a un cohete espacial hacia la estratósfera. Jackie Chan se puso de moda en Estados Unidos, lo que prácticamente significa estar de moda en todo el mundo. Desde Rumble in the Bronx han seguido viniendo los éxitos de taquilla: Mr. Nice Guy (1997), Rush Hour (1998), Shanghai Noon (con Owen Wilson y Lucy Liu, 2000), Rush Hour 2 (2001), The Tuxedo (con Jennifer Love Hewitt, 2002), Shanghai Knights (secuela de Shanghai Noon, 2003), Around The World in 80 days (en la que fue Passepartout, el fiel sirviente de un Phileas Fogg en las carnes del gran actor británico Steve Coogan, 2004), Rush Hour 3 (2007), The Forbidden Kingdom (2008) y Kung Fu Panda (esa obra maestra de la animación en la que nuestro héroe prestó su voz para que hablara el Mono, 2008). Si todo sigue tal cual lo anunciado en los medios de comunicación, en 2010 Jackie Chan será el señor Miyagi en una versión siglo XXI del clásico ochentero The Karate Kid. Aquella podría ser su consagración definitiva. No la tiene nada fácil. Recordemos que, en 1984, Pat Morita, que nació en California, fue nominado como mejor actor de reparto tanto para el Globo de Oro como para el Oscar, por transmitir su sabiduría al enclenque y llorón Daniel San (si como yo, al recordar esta película se preguntaron qué será de la vida del actor Ralph Macchio, sepan que en 2008 apareció en dos episodios de Ugly Betty haciendo de un tal Archie Rodríguez), y que su señor Miyagi bien podría formar parte del gabinete de Yoda en la cabina de control del universo. ¿Podrá Jackie Chan superar el señor Miyagi de Pat Morita como Heath Ledger superó el Guasón de Jack Nicholson? No se pierda el desenlace de esta fascinante historia, el próximo año.


Sumando todas las películas en las que figura su nombre, realizadas en los Estados Unidos de América y en China, Jackie Chan tiene un gran total de 100 largometrajes a su haber, de los cuales ha escrito 11, dirigido 17 y producido 31. No sobra mencionar que se ha roto prácticamente todos los huesos del cuerpo más de una vez. Es más, al llegar a Hollywood y conocer a Steven Spielberg, uno de sus ídolos, Chan le preguntó cómo había logrado poner en la misma escena a personas de carne y hueso y a dinosaurios concebidos en computadoras. Spielberg soltó una carcajada y dijo “fácil, aplasto un botón, y luego otro” Chan celebró la broma del director y éste le preguntó cómo hacía él para saltar de edificio en edificio sin recurrir a dobles. Entonces, Jackie dijo “fácil, gritan acción, salto, caigo, gritan corte y luego voy directo al hospital”.

Jackie Chan siempre se queja de lo mismo, lo dijo en los shows de Ellen DeGeneres, Craig Ferguson y David Letterman: cada vez que alguien lo reconoce en la calle, lo saluda imitando torpemente alguna maniobra de Kung Fu. “Eso no le pasa ni a Robert De Niro ni a Dustin Hoffman, a ellos los reconocen como actores, ¡yo quiero que me reconozcan como actor!” Sorry, Jackie, pero bien difícil que algún día te midan con la misma vara que a De Niro o a Hoffman, tú no eres de esa clase, tú estás en otra liga, ni peor ni mejor, simplemente diferente. Las buenas noticias son que el mundo nunca olvidará lo que hiciste por los héroes de acción: los convertiste en personas, en tipos buena gente, buena onda, chistosos, amables, rudos y cursis, tipos con los que uno se puede tomar una cerveza en paz.

6 comentarios:

Chito dijo...

Estoy bastante sorprendido por este post. Yo tenía la idea que no tenías interés alguno por en ese género de películas. Es más, recuerdo que traté de explicarte porqué Jackie es bacán y cómo que no funcó. Pero parece ser que algo ha pasado. Pero bueno, lo que importa es que me gustó este post, tanto así que me he atrevido a comentar, para felicitarte.

Atentamente,

Juan Troya.

Paul dijo...

Que buen post!!!

Me encanta la sencillez con la que escribes, al leerte siento casi como si estuvieramos conversando, con risas y todo.

Saludos,

Raul Farias dijo...

Loco, ¿en que soho esta eso? La ultima que me vendieron venia algo de cantinflas, condorito y woody allen. Casi todo de autores extranjeros.

Saludos

J. José Alomía dijo...

Soy el de la clase universitaria.
Mi email es : juanjosealomia@gmail.com
Ahí me escribes para ver tu email, y ahí te explicó dónde y cuándo, para ver si puedes.
................................
Mejor de una vez de digo.
Es en la San Francisco. Esta clase es lunes y miercoles apartir de las 14h30, pero podríamos buscar otro horario si te parece.

Te dejo mi número: 098524842.

Juan José Alomía

-JAD- dijo...

Chévere texto, he visto poco de JC pero me gusta su actitud desenfadada y como cualquier marcial tiene una agilidad impresionante que con la carita de gil que puede poner lo hace totalmente digerible. (pregunta: ¿Drunken Master es aquella en la que el man tiene flashbacks de quitarle la piedra a su maestro mientras camina por las calles y unos malandrines lo asaltan y él hace que se peleen entre ellos?) Y chévere tener más info del man.

Bueno, un saludo. Y JJ Troya, sí recuerdo que dijiste ser el fan #1 de JC hace años.

-José Antonio-

Anónimo dijo...

Estimado Juan Fernando Andrade:

Junto con saludarle, quisiéramos presentarnos, somos la revista cultural digital El Porta (L) Voz www.elportalvoz.com, perteneciente a la ATEI, la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas, www.atei.es, y le escribimos desde nuestra sede en Madrid, España.

ATEI es una entidad sin ánimo de lucro, creada en 1992 para gestionar la Televisión Educativa y Cultural Iberoamericana (TEIb), del Programa de Cooperación de las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, y cuya misión es contribuir al desarrollo de la educación y la cultura en Iberoamérica, mediante la utilización de la televisión y otras tecnologías de la información y comunicación.

El motivo de esta carta es para contarle que hemos estado visitando el blog donde escribe, nos interesa lo que escribe y cómo lo hace, y nos hemos decidido a contactarle, pues estamos en la búsqueda de colaboradores ecuatorianos para invitarlos a participar en nuestra revista digital. Nuestra intención es armar un portal de cultura con contenidos originales, alejados de los circuitos de los grandes medios de comunicación. Queremos aprovechar esas inmensas cantidades de talento anónimo que se hallan dispersas por la red creando un espacio de encuentro entre blogueros iberoamericanos; esto es, creando un referente de calidad.

Es importante recalcar que éste es un proyecto sin fines de lucro, por lo que usted mismo decidiría la cantidad de artículos que enviar, al igual que la periodicidad con que pensaría hacerlo. Lo que nosotros podemos ofrecerle es una amplia difusión de sus escritos, y la integración en una importante red cultural compuesta por miembros de cada uno de los países iberoamericanos.

Convertirse en colaborador es muy simple, consiste o bien en el envío periódico de colaboraciones elaboradas especialmente para El Porta (L) Voz, o bien en la cesión de algunos de sus post que previamente hayan sido publicados en su página. Cada colaboración aparecería acompañada de una breve reseña biográfica y fotografía, además de los enlaces a su correo electrónico y a sus páginas personales – para hacerse una idea puede visitar cualquier colaboración publicada en nuestra página, www.elportalvoz.com.


Si está interesado en participar como colaborador, le agradecemos que nos haga llegar un correo con la confirmación para poder enviarle toda la información necesaria. Igualmente, cualquier pregunta que tenga, no dude en hacérnosla llegar a este correo: edicionelportalvoz@ateiamerica.com.

Cordialmente,


PD: Si desean ampliar la información pueden visitar este reportaje de TV sobre nuestra revista: http://video.atei.es/development/index.php?option=com_videos&task=detail&id=1629
Juan Fernando Andrade